Es una historia en un mundo creado por mi, se parece un poco a Star Wars jejejee u_uU
Quizás no entendais algunas cosas de la historia, alguna duda agregadme, tengo tambien imagenes ^^
Personajes:Personajes inventados por mi ^^.
Género:Tiene de todo un poco, pero no contiene material explicito ni violencia exagerada xD.
Advertencias:Como ya dije antes es una aventura para todas las edades, hay luchas y escenas con personajes malos, pero no es nada explicito. ¡Aun así si pensais que me paso me avisais! ^^
CAPITULO 1
Lanzado al espacio a manos de sus propios maestros, con una descripción clara y concisa de su actual misión. Mientras viaja en la oscuridad infinita de la galaxia, iluminado al horizonte por dos cálidos soles, su mente viajó al pasado por cuestión de segundos.
Su mente viajó hasta el planeta Raandel, lugar con un ecosistema parecido al inexistente planeta Tierra, emplazamiento de uno de los mayores templos y academias de magia de la galaxia, controlado actualmente por el clan Mano de Plata.
-Ya sabes lo que debes hacer. Búscala y tráela viva o muerta. –Dijo el anciano hombre sentado en su enorme y elegante sillón. Ataviado de elegantes ropajes y túnicas conmemorativas. Su pelo canoso y su piel blanquecina lo hacían un hombre tenebroso y que influía respeto. Este hombre respondía al nombre de Del-Varran.
-¿Por qué yo Maestro? –Preguntó su aprendiz arrodillado ante él. Con unos pocos flequillos cayendo por su rostro.
-Kael Obara. Bastantes preguntas haces. ¿Qué te hace dudar tanto? –Respondió levemente alarmado su maestro. No es normal de ti Kael.
-Perdóneme mi atrevimiento maestro. Me preguntaba… ¿Cuándo podré tomar mi propio camino? –Preguntó levantando su rostro lentamente, con sumo respeto.
-¿Tantas fuerzas posees en tu interior? ¿Ya deseas abandonar tu aprendizaje?
–Respondió con mas preguntas mientras se levantaba. Kael comenzaba a notar una situación tensa e incomoda, poco a poco se volvía un torbellino de preguntas sin respuesta.
-Esa mujer ha absorbido más poder del que debía. Tráela viva o muerta, y te otorgaré tu ansiada libertad. –Respondió el maestro sin dar oportunidad a Kael de responder. Este, solo asintió y aceptó su misión con una afirmación.
Su mente volvió a su cuerpo, había recordado su objetivo para conseguir su libertad, poder tejer su propio camino. Abrió los ojos y frente a él pudo ver la pantalla de mandos de su transporte, una nave de combate llamada “Fénix Negro” por el propio Kael.
Kael era un aprendiz directo del Del-Varran, y según él, uno de sus mejores aprendices. Portando ropas protectoras y dos sables inversos, domina el estilo IV, Fu-Shu, un estilo agresivo y muy acrobático. Físicamente se trata de un hombre de treinta años, con pelo largo cubriendo parte de su cara y oscuro. Tiene un par de cicatrices causadas en su entrenamiento, pues Del-Varran posee fama de aplicar entrenamientos complicados. Es un hombre seguro de sí mismo, con miedo a pocas cosas en la galaxia, aunque poco ha visto desde que nació. Sus familiares fallecieron menos su hermana pequeña, Shisha Obara. El maestro los acogió, enseñó tanto la magia como la lucha y los crió como si fueran sus hijos. Pocas veces ha salido del planeta y esta es por decirlo de algún modo, su primera misión real.
Su nave llegaba velozmente a Dawail, un planeta situado entre los dos soles. Desértico y abundante de peligros.
Su objetivo se llama Mialeé y se trata de una mujer que también fue aprendiz hace tiempo, ha sobrepasado el límite de poder mágico impuesto por los maestros, y eso solo significa una cosa, debe ser cazada a toda costa. Según el maestro, si captura a esta fugitiva, el y su hermana serán libres y podrán vivir sus propias vidas.
Para Kael, acaba de comenzar una aventura que no esperaba.
Una vez en el interior del planeta, comenzó la rutina de identificación.
-Aquí “Fénix Negro”. Pido permiso para aterrizar.
-De acuerdo espere un segundo. –Respondió uno de los encargados de los muelles para navíos. –Muelle concedido. Vaya al número ocho, repito, numero ocho.
-Gracias. –Acabó cortando la conversación Kael, antes de cortar la comunicación.
El joven aprendiz condujo si nave a través de alto edificios erosionados y gastados por la dura arena, hasta llegar a los muelles. Allí inclinó su cabeza hacia la derecha, con el fin e mirar debajo de él, buscando el muelle ocho.
Mientras aterrizaba pudo ver una nave que le resultaba familiar.
-Juraría haber visto esa nave salir hace días del templo. –Dijo mientras aterrizaba lentamente su nave.
Una vez aterrizada en el muelle preparado para él. Antes de salir cogió sus dos sables y las enfundó a los lados de la cintura. Cogió su capa y se rodeó con ella, para luego saltar de la cabina a la superficie del lugar. Sus botas chocaron con el suelo metálico, formando un ligero ruido cubierto por el motor de muchas naves.
Tras bajar, lo primero que hizo fue acercarse a la nave sospechosa. Afirmativamente la había visto salir del templo. Solo podía pertenecer a alguien, eso debía significar que se encontraba aquí.
Decidido, se adentró en la ciudad polvorienta, buscando ansiadamente lo que le habían pedido, esa fugitiva.
La ciudad era enorme, desde un pequeño balcón que tenía el puerto se podía ver toda la ciudad, cubierta de pequeñas cabezas de diferentes razas. La arena cubría la ciudad a causa del viento, pero a la gente parecía no importarles eso.
Kael bajó por una escalera a ritmo normal hasta la ciudad, hasta adentrarse en las calles y sentir toda esa presión, la gente empujándole para que se apartara. Es una ciudad incomoda, donde debes andar con cuidado.
Tras caminar durante un tiempo, apartando gente y disculpándose, creyó ver a una chica completamente tapada, en un callejón a su derecha. Kael comenzó a correr entre la multitud, esquivando a las personas y haciendo gala de ágiles movimientos hasta llegar al callejón, donde la extraña chica escapó tras verle. Kael comenzó a perseguirla por el callejón contiguo, pero al final de este, el callejón se quedaba sin salida.